Peco

Maldita suerte la mía de andar errando, cuando a otros en paz veo descansar en sus nidos. Maldita suerte de inconforme, de ignorante con pasión y preguntas, maldito sueño nunca vivido ni recordado, malditas horas de incertidumbre, malditos días de sosiego distraído, malditas manos que alimentan el desconcierto. Maldita indecisión, maldito desconocimiento, maldita nada que me atraviesa dejándome vuelta al revés al descubierto. Es que me ido vaciando desde niña, es que mi madre me ha extirpado un órgano, es que me ha ido quedando un hueco con los años. Es que me he deshecho en llantos y dramas desde el inicio. Es que no guardé fuerzas y gasté pasión en jugarretas infantiles, que ahora estoy como fantasma a la sombra yerta. Es que he perdido el tiempo armándome y desarmándome, es que lo he invertido todo en descubrirme, en dibujarme, que ya no quedan trazos ni palabra que puedan nombrarme. Es que me he alejado tanto en la huida que no sé si pueda alcanzarme. Y peco de ignorante, peco de tibia, peco de muerte, de ajena, peco de lejana, de sueño, de hambre, peco de sorda, de olvidadiza, de distraída, de discreta, de silenciosa, de incierta, peco de no ser, de no creer, de no avanzar, peco de no estar, peco de dormir la vida, de dejarla ir por el agujero sin esfuerzo ni dedicación, peco de dejar pasar las ideas, peco de no ver, peco de dejar pasar el tiempo.