Corazón a los Perros


Conforme pasan los días la calma se deja sentir
No hay comida ni trabajo
Ni amor tranquilo
ni amigos
Pero dentro una calma
como lagrimas silenciosas
se destila
no hay llanto
ni gritos desesperados
no hay coraje
ni reclamos ardientes
sólo una inmensa serenidad
cual si la muerte estuviera cerca
y sólo el silencio la esperase
la casa está lejos
la sonrisa pura se desvanece en el recuerdo
el rostro de mi madre y mis hermanos aparece en destellos
y se distorsionan entre los rostros de la calle
ya no hay miedo
una desconsolación ya consolada
una tristeza ya amordazada
la muerte ha ido tejiendo sus hilos por dentro
la paz del final ha establecido su casa en mi cuerpo
no hay dolor
tenues pulsaciones en el corazón lento
en el estomago el vacío que antes fue ansia
sólo las manos parecen intactas
igual que antes y siempre
la sangre dibuja las pequeñísimas heridas
las uñas a penas delinean el contorno de los dedos
el ardor habitual y el calor insistente en la piel
la calma se apodera de mi ser y cuerpo
ya la muerte viene
no me he despedido
pero no será necesario
le dejo mis pocos besos secos y salados a mi hijo
un abrazo a mi madre
mis deseos a mis hermanos
y a mi amor
mi corazón salpicado de pequeñas muertes
si lo quiere…
si no
que se lo den de comer a los perros
sólo a ellos no envenena la muerte.

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